Veliko Tarnovo es conocida como la "Ciudad de los Zares"
y es la capital histórica del Segundo Imperio Búlgaro (siglos XII-XIV dC.).
Esta ciudad capital fue considerada una “Nueva Constantinopla” y se convirtió
en el centro cultural de Bulgaria y el centro ortodoxo oriental para los
búlgaros. También está ubicado en el río Yanta, lo que lo hace accesible para
el comercio. Destaca su Fortaleza Tsarevets, las
iglesias, el bazar, edificios del Renacimiento búlgaro en el XIX y sus
espectaculares vistas del río Yantra desde los miradores.
Veliko significa “grande” en búlgaro, de modo que el nombre de la ciudad
se podría traducir como el “Gran Tarnovo”. El adjetivo “Veliko” se le dio en su
día en honor a su estatus de capital del país.
Horadada por los meandros del río Yantra que serpentea entre
colinas, Veliko Tarnovo lleva habitada desde época neolítica. Los tracios
fijaron su asentamiento, ocupado y continuado por romanos, eslavos y
bizantinos, que consiguieron que fuese uno de los centros religiosos,
culturales y comerciales más importantes durante la Edad Media.
Veliko Tarnovo, esta pequeña localidad, de menos de 70.000
habitantes, no solo alberga un interesante número de atractivos turísticos,
sino que puede servir como base para explorar el norte del país. La antigua
capital del Imperio búlgaro se encuentra a 220 km de Sofía y a otros tantos del
Mar Negro. En este artículo hemos hecho una selección de los lugares más
interesantes que ver
en Veliko Tarnovo y sus cercanías.
Historia de Veliko Tarnovo
El Segundo Imperio Búlgaro con la dinastía Asen, desplazó en 1185 a
los bizantinos, atrayendo el centro de poder de los zares búlgaros a Veliko
Tarnovo -entonces Tsarevgrad Turnov o la ciudad real de Turnov-, solo
desplazados tras el avance otomano que culminó con un asedio y destrucción en
1393.
La misma ciudad tuvo un papel fundamental en la historia de
Bulgaria, al redactarse aquí la Constitución de 1879. Años más tarde también
vivió la proclamación de independencia de Bulgaria en 1908.
Los arqueólogos comenzaron a excavar la fortaleza de Tsarevets a
principios del siglo XX. En las décadas de 1960 y 1970, toda la colina fue
excavada casi por completo.
Bajo las ruinas del Segundo Reino Búlgaro se encontraron restos de
edificios del Primer Reino Búlgaro, de la época bizantina temprana y romana.
Hoy Veliko Tarnovo es una ciudad con mucho movimiento estudiantil y
Erasmus que disfrutan de la segunda universidad más importante de Bulgaria. En
verano la ciudad recibe mucho turismo nacional y viajeros de todo el mundo.
¿Qué ver en Veliko Tarnovo?
Una extensa avenida cuyo nombre va cambiando de
Nezavisimost, Stefan Stambolov, Nikola Pikolo y Sveti Kliment Ohridski, recorre
la ciudad desde la parte moderna a la fortaleza Tsarevets. Comercios, tiendas y
restaurantes se suceden dando lugar a los monumentos y espacios más
interesantes de Veliko Tarnovo.
La monumental Veliko
Tarnovo
Es otra de las ciudades más importantes que ver en Bulgaria. Veliko
Tarnovo despliega sus encantos en torno a un impresionante casco histórico
medieval cuyos máximos protagonistas son la fortaleza de Tzarevets y
su kilométrico recinto amurallado.
Pero no
te quedes solo ahí porque Veliko Tarnovo es para patearlo con calma. Más allá
de la fortaleza te aconsejo visitar el
barrio histórico con sus callejuelas llenas de edificios
renacentistas (las calles Georgi S. Rakovski y General Gurko son las más
bonitas), las preciosas iglesias
de los Cuarenta Mártires, San Jorge y San Demetrio, el
gigantesco Monumento
Asenid desde el que obtener vistas de Veliko Tarnovo y
la Catedral de la
Ascensión.
Fortaleza de Tsarevets
Un lugar de visita imprescindible en Veliko Tarnovo es la fortaleza de Tsarevets.
Ubicada a las afueras de la ciudad, Tsarevets domina desde
las alturas un gran valle rodeado por el río Yantra. En esta colina se
establecieron los tracios hacia el 2000 a.C. y más tarde los romanos y
bizantinos. La época de esplendor de Tarnovgrad llegó con
el Segundo Imperio Búlgaro (1185-1396), del que fue capital. El
asedio y destrucción de Tsarevets en 1393 por parte de los
otomanos, marcaría el final de este imperio.
La fortaleza permaneció en ruinas durante siglos, pero entre
1930 y 1981 se llevaron a cabo diferentes obras de restauración que permitieron
recuperar parte de su viejo encanto. Aunque no es mucho lo que queda en pie,
los visitantes pueden ver los restos del Palacio real, el enorme complejo del Patriarcado,
la roca de las ejecuciones, las puertas de la muralla, varias torres, vestigios
de casas o iglesias, etc. Además, sobre las ruinas de una antigua basílica se
construyó la Catedral
de la Ascensión, abierta al público en 1985.
En la propia colina de Tsarevets hay otros dos lugares a los
que os podéis acercar si tenéis tiempo: la Iglesia de los Cuarenta Mártires (1230),
conocida por ser el lugar donde Fernando I proclamó la Independencia de
Bulgaria (1908); y el Mini-Bulgaria
Park, un parque temático con maquetas de los lugares más
emblemáticos del país.
Casco
antiguo de Veliko Tarnovo
Parte de la zona antigua de la
ciudad sigue empedrada, destacando la calle ulitsa General Gurko -liberador
de Veliko Tarnovo en 1877 durante la guerra ruso turca- con preciosas casas,
terraza con pérgolas en las que crecen parras, el Museo de las Ilusiones, y
unas magníficas vistas de Veliko Tarnovo y el monumento de los zares.
Otra cosa
que hay que hacer en Veliko Tarnovo es dar un paseo por su casco antiguo,
flanqueado al norte y al sur por el río Yantra. Muchas de sus calles,
especialmente la General
Gurko, están todavía empedradas y recuerdan a un pueblo más que
a una ciudad. Entre la arquitectura
civil destacan las casas del llamado Renacimiento búlgaro (1762–1878),
con una primera planta de piedra y una galería de madera en la segunda. Un buen
lugar para contemplar el casco histórico es el Monumento a la dinastía Asen.
En vuestra visita a Veliko Tarnovo tampoco os podéis perder
la zona de Samovodska
Charshiya, repleta de tiendecitas de artesanías, o el
divertido Museum of
Illusions, lleno de ilusiones ópticas (ideal para niños y para
instagramers…).
Como la mayoría de las ciudades de esta región, la historia de
Veliko Tarnovo fue bastante similar a lo que ya habíamos escuchado: las
civilizaciones romanas seguidas por reinos infundidos por el cristianismo y, en
este caso, los zares (reyes) búlgaros hasta el siglo XIV, los otomanos
dominaron y permaneció hasta finales del siglo XIX, cuando los países
obtuvieron la independencia, seguido nuevamente por los períodos de la Guerra
Mundial que luego dieron paso a una variedad local de comunismo, luego la caída
del comunismo en la década de 1990, que condujo a gobiernos democráticos,
capitalistas, en su mayoría pro- regímenes occidentales. Bulgaria solo fue
diferente en que no hubo violencia, ya que se liberó del yugo del comunismo, lo
que llevó a una postura que quizás era incluso más pro-occidental.
Esta historia fue contada una y otra vez a lo largo de nuestro
viaje, y Nida, nuestra encantadora guía, llamó a los Balcanes la "tierra
más dulce y sangrienta" debido al choque de civilizaciones entre el este y
el oeste que causó conflicto tras conflicto a lo largo de la historia de la
región. Dulce también porque la belleza natural y el paisaje eran increíbles, y
la gente con un gran corazón, siempre dispuesta a ayudar a un hombre que
necesita ayuda.
Era una pequeña ciudad encantadora que nos
recordaba a Mostar, Bosnia y Herzegovina, con calles adoquinadas decoradas con
arquitectura del imperio otomano junto con una sensación de bazar.
El almuerzo estuvo delicioso (finalmente pude conseguir una opción
vegetariana, que rara vez se ofrecía a los carnívoros, de pimientos rojos
rellenos de frijoles), pero el ambiente se vio obstaculizado por la fiesta de
cumpleaños infantil más extraña que tuvo lugar justo al lado de nosotros. con
una combinación de música infantil (el hokey pokey) junto con temas de
discoteca a todo volumen en nuestra serena fiesta en el jardín.
Al almuerzo le siguió una caminata montaña arriba hasta una iglesia
que estaba disfrazada para no parecer una iglesia para ocultarla de los
otomanos. Nota al margen: si bien los otomanos permitieron que se practicara el
cristianismo, era mejor mantenerlo en privado, y existían varios incentivos
para ayudar a facilitar la conversión al Islam, como exenciones fiscales y
similares.
Mientras caminábamos desde el casco antiguo vimos
el edificio del parlamento, una estatua en una plaza interesante y un lindo
restaurante con cenas al aire libre.
Debido a su posición extremadamente defensiva, esta fortaleza protegió a la ciudad de los otomanos mucho más tiempo que las de otras ciudades, y los reyes búlgaros la protegieron y mantuvieron su posición bajo asedio hasta 10 años después de la muerte de su zar más fuerte.
Después de ver la antigua ciudad de Veliko
Tarnovo, nos dirigimos a la puerta del puente levadizo de la fortaleza que
contenía un hermoso fuerte y un castillo encaramado sobre una colina en el
cercano pueblo de Arbanasi, que por supuesto sirvió para proteger la ciudad en
la época medieval. Desde allí subimos a la colina y
llegamos a la ciudad fortaleza de Arbanasi, donde almorzamos en el
jardín de una finca búlgara.
La ciudad no es muy grande y aunque la fortaleza está a un par de
kilómetros del centro, compensa moverse andando para descubrir los diferentes
lugares de interés. En todo caso podemos optar por los autobuses urbanos que
conectan la ciudad. El billete se compra en el autobús, pagando a una
persona encargada de ello.
Dónde dormir – Alojamiento y hoteles
En Veliko Tarnovo no hay problemas de alojamiento ya que además de
hoteles hay apartamentos, casas de huéspedes y Bed And Breakfast,
El hotel Premier es una buena opción si buscamos alojamientos
céntricos y con parking para dejar el coche de alquiler. Algo más alejado está
el Arena Tarnovo Hotel pero sus valoraciones son bastante positivas.
Otras opciones son el Hotel Studio, cerca de la fortaleza de
Tsarevets el Tsarevets Design and Spa, o los Tarnovgrad Apartments, para
grupos.
Dónde comer – Restaurantes
Hay numerosas opciones para comer, siendo especialmente
interesantes los restaurantes que en la calle Stefan Stambolov cuentan con
miradores sobre el río y el Parque Sveta Gora.
Algunas recomendaciones son The Green Restaurant, delante del
acceso a la fortaleza Tsarevets, Shtastlivetsa con buen menú del día y raciones
generosas; el «Ethno» con vistas al río o el restaurante Asenevci.
Alrededores de Veliko Tarnovo
Veliko Tarnovo es un buen punto para establecer la «base» durante
unos días y hacer excursiones a puntos interesantes en sus cercanías como
el Monasterio de la
Transfiguración uno de los principales templos de la
iglesia ortodoxa búlgara que cuenta con frescos de gran factura.
Además
del propio centro histórico, te recomiendo recorrer los alrededores para
disfrutar de lugares tan de interés como el Monasterio de la Transfiguración conocido
como Monasterio Preobrazhenski, el coqueto pueblo de Arbanasi, protagonista
del siguiente punto, y el Monasterio
de Dryanovo.
También muy cerca, a apenas unos kilómetros, está el pueblo de Arbanasi, conjunto arquitectónico del Renacimiento nacional búlgaro considerado uno de los pueblos más bonitos y con más encanto de Bulgaria. Sus calles empedradas discurren engalanadas por casas, restaurantes de cocina típica y su maravillosa iglesia de la Natividad.
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