domingo, 23 de junio de 2024

- MOLDAVIA, BUCOVINA Y MARAMURES, Monasterios pintados

                             

BUCOVINA, LOS MONASTERIOS PINTADOS DE RUMANÍA

La región de Bucovina es la más septentrional de Rumanía, haciendo frontera con Maramures al oeste, el río Prut y Ucrania al norte, los montes CárpatosTransilvania y la región rumana de Moldavia (no confundir con el país homónimo) al sur, y Moldavia al este.


Las ciudades más importantes son Bacau, Botosani, Galati, Iasi, Piatra Neamt, Radauti, Suceava, pero lo que verdaderamente mueve el turismo que llega a Bucovina es la ruta por los monasterios medievales pintados, joyas del arte debido a sus frescos que decoran tanto el interior como el exterior de los templos. Reconocidos como patrimonio Unesco de la Humanidad, representan uno de los mayores atractivos de toda Rumanía.


Monasterios de Bucovina. Viendo tanto arte concentrado en tan poco espacio, nos puede resultar extraño como se ha conseguido preservar los frescos pintados en los siglos XV y XVI.

Otros de los monasterios más relevantes son el de Humor, donde predominan las tonalidades rojas, y los no muy lejanos de Arbore, Dragomirna, Moldovita y Putna.

Los monasterios de Bucovina son una joya situada casi en la frontera con Ucrania. La mayoría de ellos poseen increíbles pinturas de estilo bizantino de los siglos XV-XVI, tanto en su interior como en sus fachadas. Estas eran una forma sencilla de representar escenas bíblicas que fueran fácilmente interpretables por los campesinos analfabetos. O sea, que su fin era más cultural que estético, aunque hoy día lo que resalte sea su belleza y genial conservación.

Resulta muy curioso comprobar cómo en la cara sur las pinturas se han conservado milagrosamente casi en perfecto estado, mientras que, en el lado opuesto, como consecuencia del frío viento del norte, la mayoría han casi desaparecido lamentablemente. ¡Ay estas inclemencias de la caprichosa meteorología!

MOSAICOS PARA EL PUEBLO

Estos monasterios se alzaron a partir del siglo XV. Las iglesias eran de reducidas dimensiones, algo muy común en los templos ortodoxos. Las élites del momento tenían derecho a asistir a los oficios y fuera quedaban el pueblo llano y las ingentes tropas que defendían la posición. De ahí que se optara por seguir con las historias bíblicas que ilustraban los muros interiores pintando también frescos en las paredes externas.

Bucovina posee un relieve montañoso con grandes contrastes que alberga espacios naturales que merece visitar. Uno de ellos son las gargantas de Bicaz, uno de los desfiladeros más grandiosos de Europa, y que permite una ruta a través de la carretera que como un cuchillo discurre entre las regiones de Bucovina y Transilvania. Si la recorremos hacia el sur iremos ascendiendo hasta llegar a un paraje no menos destacado, el Lacu Rosso. Este lago ahora convertido en zona de esparcimiento, con áreas de reposo y barcas para alquilar.




Los bosques del norte de Rumanía albergan una de las exquisiteces artísticas más desconocidas de Europa: un grupo de conventos con los muros interiores y exteriores envueltos en vívidos frescos. Bucovina es la región más septentrional de Rumanía. En sus misteriosos bosques se oculta un grupo de monasterios ortodoxos único en el mundo

por las pinturas murales en el exterior de las iglesias. Un relato medieval de la vida de los santos, escenas bíblicas y un futuro nada placentero para los pecadores.

Así, aparecieron una docena de monasterios que han sobrevivido al paso de los siglos, los avatares históricos y los elementos atmosféricos. Son como biblias iluminadas pero en las paredes de iglesias de inquietante estética centroeuropea. Hierofanía al aire libre.

Claramente el de Voronet es uno de los monasterios pintados mejor conservados, si no el que más. Tanto es así que se le conoce con el sobrenombre de la «Capilla Sixtina del Este». En él destaca el azul, que ha dado nombre incluso a un color particular: el azul Voroneț. Fue construido tras una victoria en batalla y se edificó en tan solo 4 meses.

En él destaca la imagen de la escena del Juicio Final, que, si bien es reincidente en otros muchos monasterios, no hay otro en el que se mantengan las pinturas con tanta perfección. Está situado en su cara oeste y es una de las cosas más importantes que ver en los monasterios de Bucovina.

Aun siendo uno de los atractivos culturales más poderosos de Rumanía, los monasterios de Bucovina permanecen aislados en una región fronteriza con Ucrania, de malas carreteras y peor transporte público. De ahí que para visitarlos todos se requiera cierta organización, un vehículo propio o la contratación de un tour. De esta manera se pueden ir recorriendo los cenobios, que sorprenden porque, en su uniformidad, poseen cada uno características propias. No distan más de 20 kilometros entre ellos.

Al subir los peldaños de la torre de vigía del monasterio de Humor se tiene una visión maravillosa de la iglesia en el centro del rectángulo, dominando los cuatro costados de la muralla. La angosta escalera era un objetivo militar: permitía matar a los asaltantes uno a uno, pues no había manera de acceder en tropel.

Desde el puesto de vigilancia se comprueba una constante de todos los conventos: las pinturas de los muros norte están prácticamente borradas por efecto de la lluvia y el viento. Las situadas en las paredes sur, aunque han perdido algo de color y definición con el paso de las centurias, son inteligibles e hipnóticas. Muestran el universo de las creencias medievales en todo su esplendor.

Las imágenes de santos y sus correspondientes milagros y martirios llenan lienzos de pared. Se agolpan como ejércitos que llegaron a la Tierra para proteger a los mortales. Escenas bíblicas como la expulsión del Edén y el Diluvio Universal; pasajes evangélicos como la crucifixión de Cristo o la coronación de la Virgen; hechos históricos como el sitio de Constantinopla del año 626; y dilemas que nos esperan a todos en un futuro más o menos lejano como el Juicio Final llenan cada centímetro de los muros, a veces incluidos los contrafuertes. Escoltando siempre las escenas, huestes de ángeles con las alas y el cuerpo repletos de ojos que todo lo ven.

ARTE BIZANTINO

Las pinturas no son únicamente conmovedoras por tener siglos, sino también por mostrar la hierática expresividad clásica del arte bizantino. No en vano toda esta estética tiene su fuente de inspiración en el heleno monte Athos, de donde llegaron algunos de los primeros monjes que ocuparon estos monasterios.


Todos estos recintos monásticos se hallan en lugares aislados, fuera de los núcleos urbanos, protegidos por los profundos bosques rumanos, una masa forestal sin parangón en Europa. Ello hace que su recorrido sea todavía más sensitivo e interesante, transitando por un mundo agrícola al que a duras penas ha llegado la mecanización. Agricultores y ganaderos se mueven en carros de caballos y realizan las tareas con horcas y a fuerza de brazos. Una atmósfera de salto atrás en el tiempo que resulta imborrable.

FORTALEZAS CRISTIANAS

La estructura fortificada tenía por objetivo proteger el recinto de los turcos. Sobre estas líneas, claustro del monasterio de Dragomirna. 

La cercana ciudad de Suceava tiene varios enclaves históricos de interés.

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

- Cementerio de Sapanta en Maramures

                      El  cementerio alegre  es un cementerio en la aldea de  Săpânța ,  Maramureş ,  Rumania , a 8 kilómetros escasos de la...