El Monasterio
de Dragomirna fue construido durante las tres primeras décadas del
siglo XVII, a 15 km de Suceava, en Mitocu Dragomirnei . Es el monasterio
medieval más alto del norte de Moldavia y
famoso en la arquitectura ortodoxa por sus proporciones únicas y sus
intrincados detalles, en su mayoría tallados en piedra.
Se encuentra entre colinas boscosas de abetos y robles. La historia del monasterio comenzó en 1602, cuando se construyó la pequeña iglesia en el cementerio, dedicada a los santos Elias, Enoc y Juan el Teólogo . En 1609 se hizo la dedicación de la iglesia al “Descenso del Espíritu Santo ".
Construido
cerca de Suceava, antigua capital del principado de Moldavia, en un bosque y
a los pies de un pequeño lago. Con anterioridad a esta construcción había una
pequeña iglesia, que en la actualidad aún puede contemplarse en las cercanías
del monasterio. Sus obras comenzaron en 1602 por orden del arzobispo
Anastasie Crimca, y terminaron en 1609. Los santos a los que está dedicado
son Enoh, Ilie e Ioan Botezatorul. Como la
mayoría de las grandes construcciones religiosas moldavas, este monasterio se
encuentra rodeado de una alta y gruesa muralla, que le confieren el aspecto
de una pequeña fortaleza y que fueron añadidos a la construcción en 1627. Para
acceder al recinto hay una puerta, coronada por el escudo de Moldavia, bajo
la torre del campanario. Este recinto de entrada tiene el techo
abobedado y decorado con adornos florales. Esta torre que vigila la entrada
es de dos pisos, en el primero hay una pequeña capilla y en el segundo se
encuentran las campanas. A la derecha de esta torre se encuentra perfectamente conservada el refectorio o comedor del monasterio, sala de gran tamaño donde las religiosas se encargaban de dar de comer a los necesitados. En el interior del patio, a los lados oeste y este, se encuentran los edificios monacales. |
En la construcción del monasterio se utilizaron muchas innovaciones. Las dimensiones de la iglesia le confieren una cierta extrañeza a los ojos del visitante, ya que tiene una estructura muy estrecha, sólo 9,60 m. en relación a lo alargada, 42 m. y alta que es; es mucho más elevada que cualquiera de las otras iglesias moldavas.
Quizás esta sensación que tiene la persona que entra
por primera vez, se ve amplificada por la torre poligonal -ricamente decorada
en su exterior con motivos florales y geométricos- que tiene la iglesia en su
zona occidental y que aún le da una mayor altura.
Sólo por estos motivos podemos considerar a esta iglesia como un
edificio distinto a las construcciones de su época, mezcla de estilos gótico,
bizantino y rumano. Pero además hay algunas otras cosas que aún le añaden más
individualidad, como los marcos exteriores de las ventanas, con claros
elementos decorativos de estilo gótico.
Cuando entramos en su interior, una de las cosas que primeramente nos
llamará la atención es la elevación gradual de las distintas habitaciones que
la componen, empezando por el corredor de entrada y finalizando en el altar.
Desgraciadamente en la actualidad sólo se conservan fragmentos de los frescos que decoraban interiormente toda la iglesia. Las únicas partes en los que podemos verlos son en las paredes y ábsides de la nave, e incluso en el altar. Los pintores encargados de su decoración están considerados como los mejores artistas de la escuela moldava y son Gracium Maties, Iguat y Gligorie.
En las pinturas no sólo estaban representados los cánones principales de la
Iglesia Ortodoxa, como son: Jesús en el jardín de Getsemaní, su detención,
la Crucifixión y la bajada de la Cruz; si no que también había elementos
populares y costumbres de la época.
FORTALEZAS CRISTIANAS
La estructura fortificada tenía por
objetivo proteger el recinto de los turcos. Sobre estas líneas, claustro del
monasterio de Dragomirna. La cercana ciudad de Suceava tiene varios
enclaves históricos de interés.
Valoración
de diferentes visitantes
1-Muy diferente a los otros monasterios de Bucovina. Construido a principios del siglo XVII, está rodeado de una potente muralla. Lo que más sorprende de esta construcción son sus dimensiones: altísima (42 m. de altura) y estrechísima (menos de 10 metros de ancha, lo que le da un aspecto un tanto extraño, como de nave.
Destaca también la rica decoración de su torre. Para darnos cuenta de las
dimensiones del monasterio podemos dar un paseo al pequeño cementerio que hay
en el exterior, en uno de sus laterales, desde donde podremos observar una
bella perspectiva de este conjunto. En su interior hay también un museo, cuya
visita está incluida en el precio de la entrada: 5 lei por adulto, 2 lei por
niño y 10 lei tasa de fotografía. En el exterior hay parking gratuito.
2- Sitio
con mucho encanto, rodeado de una impresionante muralla. Es curioso poder ver
el día a día de las monjas mientras se realiza la visita. Poder oír los cantos,
ver como cuidan del jardín, hace que se entienda porqué los monasterios de toda
la zona se conservan como lo hacen.
3- ¡¡¡No sólo lo visitéis, quedaos a pasar la noche!!! Las monjas tienen habitaciones estupendas, con baño incorporado y un precioso balcón con plantas que da al patio del monasterio y desde donde se puede disfrutar de la vista de la iglesia. La comida es maravillosa, auténtica comida casera rumana, y el desayuno con mantequilla y bizcochos caseros para llorar de la emoción. Haceos un favor y vivid la experiencia, no se parece a nada de lo que hayáis vivido hasta ahora ;).
PD: Aunque no seáis religiosos, quedaos un rato con las hermanas a ver la liturgia ortodoxa, entre el lugar y los cantos, es todo un viaje en el tiempo.4- Este
monasterio es de visita obligada, aunque es un poco lejos del resto de los
monasterios de Bucovina. Pintura paredes impresionantes y
Bien conservada y agradable hospitalidad de las
monjas.
5-Este
monasterio junto con el de Putna son los únicos de la ruta que no son pintados,
pero ojito, que no por ello son menos impresionantes. Además, en el caso
particular de Dragomirna, en la actualidad está habitado por un conjunto de
monjas que cuidan de sus coquetos jardines y que preparan infusiones con sus
hierbas aromáticas. Las monjas que hacen tisanas en el Monasterio de Dragomirna.
De hecho, nosotros compramos una tisana de menta, que nos encanta.
6-A pocos kilómetros de Suceava se encuentra este inmenso monasterio que tiene en su interior una bonita iglesia. Esta pintada solo por el interior, pero su visita vale la pena. Entre Humor y Suceava hay 44 kilómetros (1 hora). Si se va directo a Dragormina hay 50 kilómetros y en tiempo prácticamente lo mismo, ya que se encuentra a la salida de Suceava.
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