La región
de Bucovina es la más septentrional de Rumanía, haciendo frontera
con Maramures al
oeste, el río Prut y Ucrania al norte, los montes Cárpatos, Transilvania y la región rumana de
Moldavia (no confundir con el país homónimo) al sur, y Moldavia al
este.
Bucovina
es la región más septentrional de Rumanía. En sus misteriosos bosques se oculta un grupo de monasterios
ortodoxos único en el mundo
por las pinturas murales en el exterior de las iglesias. Un relato medieval de
la vida de los santos, escenas bíblicas y un futuro nada placentero para los
pecadores.
Las ciudades más
importantes son Bacau, Botosani, Galati, Iasi, Piatra Neamt,
Radauti, Suceava, pero
lo que verdaderamente mueve el turismo que llega a Bucovina es la ruta por los
monasterios medievales pintados, joyas del arte debido a sus frescos que
decoran tanto el interior como el exterior de los templos. Reconocidos
como patrimonio Unesco de la Humanidad, representan
uno de los mayores atractivos de toda Rumanía.
Monasterios de Bucovina: Viendo tanto arte concentrado en tan poco espacio, nos puede resultar extraño como se ha conseguido preservar los frescos pintados en los siglos XV y XVI.Otros de los monasterios más relevantes son el de Humor, donde predominan las tonalidades rojas, y los no muy lejanos de Arbore, Dragomirna, Moldovita y Putna.
Los monasterios de Bucovina son una joya situada casi en la frontera con
Ucrania. La mayoría de ellos poseen increíbles pinturas de estilo bizantino de
los siglos XV-XVI, tanto en su interior como en sus fachadas. Estas eran una
forma sencilla de representar escenas bíblicas que fueran fácilmente
interpretables por los campesinos analfabetos. O sea, que su fin era más
cultural que estético, aunque hoy día lo que resalte sea su belleza y genial
conservación.
Resulta
muy curioso comprobar cómo en la cara sur las pinturas se han conservado
milagrosamente casi en perfecto estado, mientras que en el lado opuesto, como
consecuencia del frío viento del norte, la mayoría han casi desaparecido
lamentablemente. ¡Ay estas inclemencias de la caprichosa meteorología!
Aun
siendo uno de los atractivos culturales más poderosos de Rumanía, los monasterios de Bucovina permanecen aislados en
una región fronteriza con Ucrania,
de malas carreteras y peor transporte público. De ahí que para visitarlos todos
se requiera cierta organización, un vehículo propio o la contratación de un
tour. De esta manera se pueden ir recorriendo los cenobios, que sorprenden
porque, en su uniformidad, poseen cada uno características propias.
Estos
monasterios se alzaron a partir del siglo XV. Las iglesias eran de reducidas
dimensiones, algo muy común en los templos ortodoxos. Las élites del momento
tenían derecho a asistir a los oficios y fuera quedaban el pueblo llano y las
ingentes tropas que defendían la posición. De ahí que se optara por seguir con
las historias bíblicas que ilustraban los muros interiores pintando también frescos en las paredes externas.
Así,
aparecieron una docena de monasterios que han sobrevivido al paso de los
siglos, los avatares históricos y los elementos atmosféricos. Son como biblias iluminadas pero en las paredes de iglesias de inquietante
estética centroeuropea. Hierofanía al aire libre.
Las
situadas en las paredes sur, aunque han perdido algo de color y definición con el paso de las
centurias, son inteligibles e hipnóticas. Muestran
el universo de las creencias medievales en todo su esplendor.
Las
imágenes de santos y sus correspondientes milagros y martirios llenan lienzos
de pared. Se agolpan como ejércitos que llegaron a la Tierra para proteger a
los mortales. Escenas bíblicas
como la expulsión del Edén y el Diluvio Universal;
pasajes evangélicos como la crucifixión de Cristo o la coronación de la Virgen;
hechos históricos como el sitio de Constantinopla del año 626; y dilemas que nos esperan a todos en un futuro más o
menos lejano como el Juicio Final llenan
cada centímetro de los muros, a veces incluidos los contrafuertes. Escoltando
siempre las escenas, huestes de ángeles con las alas y el cuerpo repletos de
ojos que todo lo ven.
ARTE BIZANTINO
Las
pinturas no son únicamente conmovedoras por tener siglos, sino también por
mostrar la hierática expresividad clásica del arte bizantino. No en vano toda esta estética tiene su fuente de inspiración en
el heleno monte Athos, de donde
llegaron algunos de los primeros monjes que ocuparon estos monasterios.
Todos
estos recintos monásticos se hallan en lugares aislados, fuera de los núcleos
urbanos, protegidos por los profundos bosques rumanos, una masa forestal sin
parangón en Europa. Ello hace que su recorrido sea todavía más sensitivo e interesante,
transitando por un mundo agrícola al que a duras penas ha llegado la
mecanización. Agricultores y ganaderos se
mueven en carros de caballos y realizan las tareas con horcas y a fuerza de
brazos. Una atmósfera de salto atrás en el tiempo que resulta imborrable.
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