jueves, 21 de marzo de 2024

- Monasterio de San Mena

                  

Abu Mena fue un complejo monástico y centro de peregrinación de los primeros siglos del cristianismo. Sus restos se encuentran en Egipto, a unos 45 kilómetros al sudoeste de Alejandría y fueron inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial por la Unesco en 1979. SAN MENA: El pequeño pueblo de Abu-Mina, situado aproximadamente a 50 km al suroeste de Alejandría, alberga el monasterio de San Mena (Mina). Se cree que San Mena se convirtió en mártir a principios del siglo IV, cuando el Imperio Romano perseguía a los cristianos.

  Abu Mena era una ciudad santa paleocristiana, Abu Mena fue edificada sobre la tumba del mártir Menas de Alejandría, muerto en el año 296 dC. Se conservan la iglesia, el baptisterio, las basílicas, los edificios públicos, las calles, los monasterios, las viviendas y los talleres.

  Quedan muy pocos edificios en pie, pero los cimientos de los edificios más importantes, como la gran basílica, son fácilmente discernibles.

Hoy dia en el lugar hay un gran y espléndido Monasterio copto, amplio lugar para peregrinaciones, hermoso templo y dependencias para monjes y peregrinos.

  El monasterio moderno ha sido construido en el emplazamiento de una antigua iglesia, donde se cree que fueron enterrados los restos del santo. Un equipo arqueológico alemán ha estado trabajando en Abu Mina desde 1969.

  Hay autobuses que salen de manera regular desde la nueva estación de Alejandría (estación de Baheej) hacia Abu Mina. Una vez en Abu Mina, se puede coger un microbús para llegar hasta el monasterio

El antiguo monasterio, ahora un yacimiento arqueológico fue el lugar de peregrinación original, que fue destruido por los árabes durante la conquista musulmana de Egipto a mediados del siglo VII.

Hoy, miles de peregrinos continúan acudiendo en masa para recibir curación espiritual y física en el monasterio revivido, que una vez más se ha convertido en la "Lourdes de Oriente".

Cristo y el Abad Mena. Siglo VII. Monasterio de Baouit en Egipto. Pintura sobre madera de sicomoro.

  Cuenta una leyenda que un pastor del delta del Nilo tenía una oveja enferma. Esta, en las últimas, se tumbó agonizante en medio del desierto para levantarse a continuación milagrosamente repuesta. El pastor, anonadado, lo contó a sus allegados y empezaron a llegar personas con distintas dolencias. 

A falta de medicina moderna, el milagroso punto curativo se llenó de egipcios. Avisado del tema, el emperador romano Constantino I envió a su hija enferma. Esta no solo fue curada, sino que tuvo una aparición: el santo Menas de Alejandría le reveló que la cuestión de las curaciones era cosa suya y que tenía que encontrar su cuerpo, enterrado allí. Así lo hizo y, una vez logrado, las obras para un monasterio fueron la lógica continuación. En muy poco tiempo se levantó aquí una auténtica industria de la sanación taumatúrgica. 

Miles de peregrinos venían a curarse y se llevaban agua en un frasquito. Las excavaciones en Abu Mena lograron identificar el horno del que salían estos frascos con el sello del santo. Estos viajaron por medio mundo: desde Inglaterra a Eritrea y por todo el Mediterráneo se han encontrado en distintos sitios arqueológicos.

Todo parte por tanto con Menas, nacido sobre el año 285 cerca de Menfis. De padres cristianos e influyentes, Menas se alistó con quince años en el ejército romano en una milicia a cargo de Diocleciano. Se negó a matar a cristianos y se retiró del ejército. Ya célibe y asceta, en su retiro decidió añadir a su santo currículum el martirio: fue torturado por los romanos. En este punto arrancan leyendas que hablan de un cadáver incorruptible y dos camellos que, transportando al fallecido Menas, se negaron a pasar de un punto concreto del desierto egipcio más al sur del lago Mariout. 

En este punto fue enterrado Mena, pero a finales del siglo IV se había perdido su pista hasta la historia del pastor y su oveja. Es en este siglo en el que según los arqueólogos se levantó el primer edificio del monasterio de Abu Mena y empiezan a expandirse ampollas de terracota por medio mundo.

Unos años después, el emperador romano de oriente, Arcadio, tuvo que tomar decisiones cuando Abu Mena se había ido de las manos. El monasterio había sobrepasado con mucho su capacidad original y ordenó la primera de las ampliaciones que tuvo el sitio, convertido ya en una ciudad. Así se levantó la basílica que lleva su nombre, el edificio más esplendoroso de Abu Mena con sus 56 columnas de mármol. Abu Mena se convirtió en el lugar de peregrinaje preferido por los cristianos egipcios

Desgraciadamente, la historia tuvo un final abrupto cuando en el siglo VII los árabes destruyeron el lugar en su camino hacia Occidente. Una vez recuperado el lugar exacto de Abu Mena, ya en el siglo XX, el papa San Cirilo VI de Alejandría, que veneraba especialmente a Menas, ordenó levantar un nuevo templo en 1959. Cerca del Abu Mena original descansan hoy sus restos junto a los de Menas.

Las excavaciones tuvieron lugar entre 1905 y 1907, aunque posteriormente hubo más campañas. Lo que se descubrió puso en contexto la industria de la sanación que se montó temporalmente en Abu Mena. Además de la gran basílica, se encontró una iglesia con influencias bizantinas y unos baños destinados a hacer curaciones masivas. 

Excavaciones posteriores revelaron el tamaño del lugar al sacar a la luz dormitorios, centros de recepción, cisternas, la casa del abad, un baptisterio con restos de policromía y una prensa de vino. De todo esto quedan poco más que los cimientos: hay que adivinar más que ver. En los últimos años, proyectos para mejorar la irrigación en la zona han anegado las estancias subterráneas y han vuelto inestables los cimientos al humedecer el sustrato de barro.

Esta situación no se ha corregido en Abu Mena, a lo que no ayuda la casi total ausencia de turismo que hay aquí, pese a la cercanía de Alejandría. Está a 45 kilómetros de esta ciudad, una sombra de lo que fue, pero al fin y al cabo la segunda más poblada de Egipto. Alejandría sigue atrayendo al turismo, que a pesar de tener un aeropuerto suele llegar por tren o carretera desde El Cairo. Una vez en Alejandría, lo más sencillo es conseguir transporte privado para ir al monasterio moderno y al llegar probar suerte con gente local para llegar a las ruinas con guía incluido. Estas no tienen infraestructura alguna y se puede caminar entre ellas libremente. Si queremos llevar las cosas más atadas, otra opción es ponerse en contacto con la iglesia copta de Egipto para intentar concertar una visita guiada.

 

  El nivel freático de la zona se ha visto afectado por la agricultura de los alrededores; su elevación ha provocado el colapso o la desestabilización de varios edificios, por lo que el sitio fue incluido en la Lista del Patrimonio en peligro en 2001.

  San Menas de Alejandría sufrió martirio a finales del siglo iii o principios del siglo iv. Según la tradición, su cuerpo fue trasladado en camello desde Alejandría hacia el desierto, más allá del lago Mariout. Llegado a un punto, el camello se negó a continuar, lo que se tomó como un signo de la voluntad divina, por lo que Menas fue enterrado en ese lugar. La situación de la tumba cayó en el olvido, hasta que fue redescubierta milagrosamente. Se cuenta que un pastor obtuvo poderes sanadores en el lugar, por lo que Constantino I el Grande le envió a su hija enferma, que descubrió allí la tumba del santo, los restos más antiguos de Abu Mena datan de mediados del siglo iv.


  Constantino ordenó entonces la construcción de una iglesia en el lugar, que a finales del siglo iv se convirtió en un importante centro de peregrinación cristiano.

  Durante el reinado de Arcadio, la iglesia se había quedado pequeña, así que el emperador, a petición del obispo local, ordenó la primera de las tres expansiones que se realizaron. A finales de la Edad Antigua, Abu Mena se había convertido en el principal centro de peregrinación de Egipto.

  

                        Papa copto Shenouda III, enterrado en San Mena

  Las excavaciones sugieren que el gran xenodocheion, una zona de recepción para los peregrinos, pudo haber sido originalmente un cementerio. También se ha descubierto un baptisterio adyacente a la iglesia original y un grupo de almacenes subterráneos y prensas para hacer vino que datan de los siglos VI y VII.



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