Afghanistán es un país misterioso y complejo para los occidentales, dada su cultura emanada del islamismo radical. En la década de los años 1970-80, Kabul tenía un facinante atractivo para los jóvenes hippie, un paraiso para fumar hierba... una ciudad situada en lo alto de la cordillera del Hindu Kush, acogedora para los occidentales en busca de nuevas emociones...
El paso entre Quetta y Kandahar,
comunica con Pakistán por el sur. En ambos casos, el enfrentamiento con tropas
talibanes es común y en muchos casos, algunos occidentales han sido asesinados
o secuestrados, por lo que no se recomienda su uso. Los otros pasos (desde la
iraní Mashad a Herat, desde Uzbekistán a
Mazar-e Sharif y desde Tayikistán a Kunduz) no son mucho más seguros.
La Ring Road (oficialmente denominada A1) es una carretera en construcción de un carril por sentido que circunvala todo Afganistán uniendo sus 32 provincias y capitales más importantes. El objetivo de esta vía asfaltada es lograr que el país, que carece de salida al mar, pueda explotar su ventaja geoestratégica como encrucijada en las relaciones comerciales entre Asia Central y Sudeste Asiático.
La carretera, de unos 3.000 km de longitud, se inició en la década de los 60 del siglo xx con la ayuda de Estados Unidos, que financió el tramo entre Kabul y Kandahar. Tras la invasión soviética los rusos tomaron el relevo en su construcción. Desde entonces las sucesivas guerras y la falta de mantenimiento la degradaron enormemente.
Por
tierra, existe una creciente red de transporte público entre las principales
ciudades, utilizando buses, minivanes y taxis. La principal ruta es la que
conecta Kabul y Mazar-e Sharif, que ha sido reconstruida en los últimos años y
que se puede recorrer en unas 5 horas con relativa seguridad. La ruta cruza las
montañas Salang y la cordillera de Hindu Kush. También puede arrendar un
automóvil: un Toyota Corolla cuesta unos US$ 100 por el viaje de Kabul a
Mazar-e Sharif.
Existen servicios de taxis, identificables por su color amarillo. Antes de partir, debe acordar el precio con el conductor, el cual será de aproximadamente unos Af 50 por cada 2 a 3 kilómetros. Para algunos caminos más complejos, puede arrendar un todoterreno y, si busca bien, puede encontrar alguno que hable inglés (puede conseguir alguno en el mismo aeropuerto de Kabul). Tenga en consideración que no hay muchas estaciones de servicio en el campo y que el combustible es bastante caro.
Las
carreteras pavimentadas las puede contar con los dedos de la mano y ni siquiera
están en buen estado, necesariamente. Muchas de ellas están cubiertas de polvo,
que luego se convierten en barro tras la lluvia, por lo que debe tener cuidado
al manejar.
Idioma En
Afganistán, el pastún y el persa dari son
las lenguas oficiales y las más habladas en el país. Muchos afganos hablan
ambos idiomas. El dari es el idioma más hablado, siendo un dialecto afgano
del farsi, siendo popular en Kabul, Herat,
Mazar-e Sharif y la zona central del país. El pastún, si bien es hablado por
menos gente, es el idioma principal de la etnia dominante del multicultural
país, siendo utilizado en todo el sector fronterizo con Pakistán. Otras lenguas
habladas en la zona norte son de origen túrquico, como el uzbeko y
el turcomano.
El inglés
está siendo cada vez más utilizado en el país, especialmente a nivel de
gobierno. Algunas señaléticas ya están apareciendo en alfabeto latino (junto a
los idiomas nativos) y se ha extendido la enseñanza de éste en las escuelas.
Sin embargo, aún mucha gente (especialmente del interior del país) no domina el
idioma, por lo que conviene andar con un guía afgano que sirva de traductor.
Compras: Probablemente, lo más famoso que puede comprar aquí son las alfombras. Existen diversos tipos de alfombras afganas según la etnia y zona donde se producen, destacando las baluchis de la zona sur del país y las turcomanas del norte. En general, las alfombras usan símbolos geométricos repetidos como patrón sobre un fondo de color, usualmente rojo. Aunque no son de un tejido tan fino como las que podría encontrar en Irán, muchas son de igual belleza y son notoriamente más baratas que las iraníes.
Las alfombras baluchis son más pequeñas pues son más fácil de trasladar por las tribus nómadas; su tamaño que no supera los 2 metros las hace muy populares entre turistas. Las turcomanas, también denominadas Bokhara, son mucho más grandes y gruesas, siendo perfectas para instalar en un hogar. En el pasado, eran comunes las alfombras doradas, que se lograban destiñendo el rojo de las alfombras tradicionales, quedando así con tonos azules o negros sobre un fondo naranjo o dorado; esto se ha dejado de practicar para mantener la tradición y por el daño que produce a la tela.
Algunas alfombras pueden tener pequeñas imperfecciones,
pero es algo natural del proceso de fabricación. Una alternativa algo más barata
y liviana son los kilim que, si bien no durarán década como una alfombra,
algunos están bellamente decorados y son buenas piezas de ornamentación.
Seguridad:
Afganistán suele aparecer en la lista de los lugares más inseguros del mundo y
con razón. Desde mediados de los años 1970, Afganistán ha estado en una
sucesión de conflictos armados que no han parado y que probablemente no paren
en el mediano plazo. Viaje sólo si es estrictamente necesario; pese a su
belleza, el país está en mal estado y tendrá muchas dificultades que pueden
arruinar totalmente su experiencia.
Gran
parte del país está sumergido en batallas, bombardeos y otros enfrentamientos,
aunque estos se concentran principalmente en la zona sur y este (a lo largo de
la frontera con Pakistán). Los fundamentalistas del Talibán, el
principal grupo armado, ha declarado uno de sus objetivos la captura de
extranjeros, asesinando o secuestrando a muchos de ellos en el último tiempo.
Evite los pasos fronterizos y entrar a cualquier provincia del sur para evitar
cualquier problema.
Aunque la
zona noroeste del país y Kabul son mucho más tranquilas, en cualquier minuto
puede suceder un atentado o recrudecer los enfrentamientos. Manténgase atento a
las noticias antes y durante su viaje. También tenga precaución al andar en una
ruta si es que se encuentra con un convoy militar; si se acerca a éstos,
intenta sobrepasarlos o sacarles una fotografía, pueden interpretarse como
actos hostiles y abrirán fuego sin dudar. Más de 600 personas cada año son
afectadas por minas antipersonales (muchas de ellas han muerto), por lo que
siga rutas bien delimitadas, evite zonas con rocas pintadas de rojo o blanco ni
mueva algún artefacto sospechoso. Si, pese a todo, insiste en viajar, contrate
a un guía
Otros
peligros que puede encontrar son insectos o serpientes venenosas. Es común
encontrar escorpiones o arañas que pueden dañarlo. Tenga cuidado con los
alimentos y bebidas que ingiere, pues el nivel de higiene es bajísimo. La
malaria sigue siendo un mal común en algunas zonas del país, al igual que la
tuberculosis. A eso se suman otras dificultades como la contaminación
atmosférica y la altitud de algunas zonas, que puede provocar malestar en
algunos turistas. El sistema de salud es muy deficiente, por lo que es
recomendable que lleve sus propias medicinas y un par extra de antinflamatorios
y antidiarreicos.
Religión: El Islam es el principal agente unificador del multiétnico Afganistán.
Más del 99% de la población es musulmana, de los cuales entre un 80% y un 85%
son sunitas y el resto chiíta. Es un país extremadamente conservador y el
Talibán, que es uno de los grupos fundamentalistas más extremos, aún ejerce una
fuerte influencia en el país. Siga las costumbres locales y no se involucre más
allá de la cuenta si es que quiere evitar problemas, especialmente en un lugar
tan conflictivo como éste.
-Existen muchos lugares sagrados para el islam, como el mausoleo de
Hazrat Ali. Respete las tradiciones, evite hablar en estos lugares y vista ropa
adecuada.
-La sharia es la
principal fuente de legislación, por lo que la homosexualidad está prohibida y
los castigos van desde los azotes a la pena de muerte, siendo uno de los siete
países en el mundo con dicho nivel de hostilidad hacia las minorías sexuales.
Si usted es homosexual o transgénero, evite viajar a Afganistán. Tampoco puede
beber alcohol, por lo que evite ingresarlo o consumirlo públicamente.
-Las mujeres tienen
un rol menor en la sociedad y están obligadas a cubrir su cuerpo. Es
recomendable que las turistas se sometan a a estos códigos si no quiere
enfrentar problemas con la sociedad o la policía. En muchas partes es común el
uso del burqa o chador, aunque en Kabul y Herat pueden usar un hijab más sencillo.
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