La casa de la Sagrada
Familia en El Cairo
En el barrio copto de El Cairo, en la cripta de la
Iglesia de San Sergio y San Baco, se esconde el que fue hogar de la Sagrada
Familia durante su huida a Egipto.
La cueva de la Sagrada Familia
Para encontrar la cueva donde dicen que se refugió la Sagrada Familia durante tres meses, hace falta bajar a la cripta de la iglesia, descendiendo por una escalera estrecha. Y ya llegamos. Los ojos tardan en acostumbrarse a la penumbra en la que se encuentra, no es hasta pasados unos minutos que podemos ver los detalles del hogar.
Un pequeño altar se coloca en el centro de la
estancia, flanqueado por dos columnas desgastadas, y en los laterales se
adivinan los cojines que colocaron hace pocos años para aclimatar la escena. No
hay más. Una luz tenue que ilumina desganada la cueva.
Y resulta excitante por una razón: descubrimos en el subsuelo el que realmente pudo ser el hogar de Jesús, así de sencillo, sin remilgos, como una analogía de las enseñanzas que quiso inculcar en sus seguidores. Es bello, este pensamiento de parquedad y privaciones. Reconforta de alguna manera cuando se visita, al traspasar un umbral de ladrillo que tiene tanto poder que no solo cambia nuestros cinco sentidos por la humedad, el olor a cerrado, la oscuridad y los chasquidos secos de las cámaras de los turistas, sino que cambia las mismas sensaciones, como si estas fueran un sentido más.
Este es el lugar por autonomasia de la
estancia de la Sagrada Familia en Egipto, se halla en el Cairo y más
concretamente, en el llamado Barrio Copto, en la parte más céntrica
y antigua de la gigantesca capital Se trata de la iglesia de San Sergio y
Baco, construída, según la tradición, en el lugar en el que estaba la cueva en
el que la Sagrada Familia terminó instalándose durante su
estancia en Egipto, y donde José trabajó varios años para dar de comer a su
familia. La cueva se halla a diez metros de profundidad y durante las crecidas
el Nilo, incluso se inunda.
También
vinculada a la estancia de la Sagrada Familia en El Cairo, y
digna de mencionar, existe en el barrio de Al Matariya la
tradición de que el pan no fermenta porque sus vecinos, en su día, se lo
negaron a la Virgen María. ¡Ahí es nada!.
Breve crónica de la Sagrada Familia en Egipto
Las Sagradas Escrituras son relativamente escuetas a la hora de mencionar los años perdidos de Jesús, es decir, los años que transcurrieron desde su nacimiento hasta que cumplió los 30 y acudió al Jordán para que le bautizase Juan Bautista. En lo que respecta a la huida a Egipto, apenas podemos apoyarnos en un puñado de frases en el Evangelio de San Mateo: “El ángel del señor se apareció en sueños a José y le dijo: Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto, y estate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. Tiene sentido que el destino de su huida fuera Egipto, cuando al norte se encontraban multitud de tribus conflictivas y al este se extiende un desierto sin fin aparente. Egipto, tierra del Nilo y de abundancia, parecía ser el mejor destino al que José podía llevar a su familia.
Los
Evangelios no dicen más, aparte de señalar el momento en que el ángel volvió a
aparecerse para anunciar a José que ya podían regresar a Israel. No sabemos
adónde fueron con exactitud, cómo vivieron, qué tareas ocuparon a José para
mantener a su familia.
La
información restante deberíamos buscarla en el Méimar del Papa
Teófilo, un documento escrito en 384 y 412 dC y que recoge un amplio
número de acontecimientos históricos en el cristianismo. La veracidad de su
texto, por supuesto, queda abierta. Pero si quisiéramos confiar en él,
leeríamos que la Sagrada Familia salió de Israel por Gaza, para luego atravesar
el norte de la península del Sinaí y, una vez alcanzado el delta del Nilo,
bajaron hasta la ciudad de Mostorod, a diez km del Cairo.
Bajaron todavía más al sur, casi hasta llegar a la ciudad de Asuán. Luego subieron de nuevo y a lo largo del camino se dice que ocurrieron todo tipo de milagros, desde el brote de aquella fuente hasta el momento en que un árbol abrió su corteza para cobijar a la Sagrada Familia en un momento de necesidad. Ya casi al término de su viaje, en un mes de junio, llegaron al Viejo Cairo en su camino de regreso a Israel.
El
visitante sorprendido se preguntará por qué se encuentra tantas referencias a
la Sagrada Familia y tanta piedad por la misma en Egipto. Y hace bien, porque
hará falta buscar las fuentes históricas adecuadas antes de lanzarnos y buscar
el que fue hogar de la Sagrada Familia.
¿A que nunca se han preguntado donde pasó la Sagrada Familia el período que pasó en Egipto? Porque como sabemos por el evangelista Mateo (y por cierto, nada más que por él) Jesús pasó con su familia los primeros años de su vida en Egipto, cosa que el apóstol y evangelista relata con estas palabras, sin, por cierto, decirnos nada sobre la duración de la estancia: “El ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle.» Él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto; y estuvo allí hasta la muerte de Herodes […]. Muerto Herodes, el ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto y le dijo: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y vete a la tierra de Israel, pues ya han muerto los que buscaban la vida del niño.» Él se levantó, tomó consigo al niño y a su madre, y entró en tierra de Israel. Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí; y, avisado en sueños, se retiró a la región de Galilea, y fue a vivir en una ciudad llamada Nazaret” (Mt. 2, 13-23).
Luego la literatura
apócrifa se encarga de desarrollar algunos pormenores del viaje. Así, la Historia
de José el Carpintero, datable en torno al s. IV, donde Jesús aparece
contando a los apóstoles su propia vida y en la que leemos: “Bajamos pues a
Egipto y permanecimos un año, hasta que el cuerpo de Herodes vino a ser pasto
de gusanos” (op. cit. 8).
Si bien la tradición copta anda más cerca de los cuatro años que del año único, y aunque es mucho lo que sobre el tema se puede elucubrar con lo que sabemos a partir de Mateo y de Flavio Josefo.
El también
apócrifo llamado Pseudo Mateo relata la historia que con más
intensidad se ha grabado en la retina de la tradición cristiana y relacionada
con tal viaje, aquélla que dice: “Aconteció que al tercer día de
camino [hacia Egipto], María se sintió fatigada por la canícula del
desierto. Y viendo una palmera le dijo a José: “Quisiera descansar un poco a la
sombra de ella”. José a toda prisa la condujo hasta la palmera y la hizo
descender del jumento. Y cuando María se sentó, miró hacia la copa de la
palmera y la vió llena de frutos, y le dijo a José: “Me gustaría, si fuera
posible, tomar algún fruto de esta palmera”. Mas José le respondió: “Me admira
el que digas esto, viendo lo alta que está la palmera, y el que pienses comer
de sus frutos”. “A mi me admira más la escasez de agua, pues ya se acabó la que
llevábamos en los odres y no queda más para saciarnos nosotros y abrevar los
jumentos”.
Entonces el niño
Jesús, que plácidamente reposaba en el regazo de su madre, dijo a la palmera:
“agáchate árbol, y con tus frutos da algún refrigerio a mi madre”. Y a estas
palabras inclinó la palmera su penacho hasta las plantas de María, pudiendo así
recoger todo el fruto que necesitaban para saciarse”. (PsMt.
20, 1-2).
Pero no es la única. Sobre
esa estancia como sobre casi todo en la vida de Jesús, existen
muchas otras tradiciones muy consolidadas, tradiciones que, en este caso y como
es fácil de entender, están estrechamente relacionadas con la gran comunidad
cristiana de Egipto, los coptos.
El barrio copto del Cairo
Entre el periodo faraónico y la
llegada del islam, fue la religión cristiana la que se extendió por el
territorio egipcio. El copto es el cristianismo egipcio, con
su propia manera de entender la religión y con escritura propia.
El Barrio Copto, el más antiguo de El
Cairo, se sitúa dentro de los muros de la fortaleza de Babilonia del siglo IV aC.
Más tarde, el emperador romano Trajano lo amplió en el 98 dC.
Según se cree, la Sagrada
Familia (José, María y Jesús) huyó de Israel y se refugió en Egipto,
más concretamente en una cueva, en donde siglos más tarde se levantó la Iglesia
de San Sergio y Baco.
Interior de la cripta-cueva de la Sagrada Familia en Egipto
El Barrio
Copto del Cairo es un lugar muy interesante que ver por la gran cantidad de
iglesias y monasterios, los cuales se encuentran dentro de las murallas del
antiguo fuerte de Babilonia, fundado en el siglo 6 aC.
Es extraño porque ya estábamos acostumbrados a discutir con los
vendedores de escarabajos de la suerte, figuritas de Horus y pequeñas tallas de
pirámides de alabastro, pero aquí nos ofrecen cruces fundidas
delicadamente en plata, iconografías doradas de la Virgen y el Niño, libros
escritos en dialecto árabe sobre la vida de santos cristianos y sus profetas.
Egipto cambia a lo largo del Nilo con una suavidad asombrosa, pero a la hora de
chocar contra el barrio copto de El Cairo parece estremecerse y tropezar.
El cambio aquí es muy brusco. Donde la capital se encuentra salpicada
por multitud de mezquitas - pueden distinguirse los minaretes que sobresalen sobre
el batiburrillo de edificios -, en el barrio copto se apiñan las iglesias con
una densidad poco común en cualquier otro lugar del mundo; tres iglesias por
cada cien metros, cien iglesias por cada tres metros, al final son tantas que
perdemos la cuenta y nos aburre contar.
El barrio copto del Cairo se apiña en torno a un
bullicio maravilloso.
Las calles del barrio son estrechas, también
apiñadas, como las casas y las iglesias. Daría la impresión de que una mente
poderosa se olió el peligro que corrían los cristianos desde el conflicto con
el terrorismo islámico y, sin prepararlo en demasía, barrió con un filtro poco
común la superficie de El Cairo. Consiguió atrapar cada elemento cristiano de
la ciudad, o casi todos, y los soltó de golpe en el barrio copto. Y así lo
vemos ahora, aparentemente protegido bajo esta sensación de bullicio.
Entrar en
el barrio copto de El Cairo no parece una experiencia agradable, aunque
pasearlo sí lo sea. Hace falta aparcar el coche fuera, antes de estrellarlo
contra los bolardos de hormigón y las vallas que cortan la calzada, y es
importante mantener la actitud adecuada cuando un grupo de militares
fuertemente armados nos registran las mochilas, cachean nuestros bolsillos,
hacen las preguntas pertinentes de cualquier control de seguridad.
Sabemos por qué entrar en el barrio copto de
El Cairo parece una aventura incómoda. Sabemos que una vez crucemos el control
se abrirá ante nosotros un pequeño submundo que susurra en la inmensidad de
Egipto, bullicioso y cargado de maravillas, pero también reconocemos que
en 2017 ocurrió un violento atentado contra cristianos coptos en Menia, y un
ataque similar ocurrió en el mismo sitio en 2018.
Ser
cristiano en la actualidad no es tarea fácil, pero ser cristiano en ciertos
lugares puede resultar mortal, sin paliativos. Por eso nos preguntan con tanta
intensidad qué venimos a hacer en este espacio protegido, cercado como una
reserva de los indios norteamericanos.
-La Iglesia Colgante, llamada así por estar
construida sobre las ruinas de una fortaleza romana. Uno sube los 29
escalones que hacen falta para entrar en ella, asienta los pies en el piso,
mira arriba hacia el techo de galera y mira abajo para ver los huecos en los
tablones del suelo. Bajo esos huecos encuentra un pequeño vacío. Diez metros de
caída que sostienen la Iglesia Colgante. En el patio exterior de la iglesia, un
mosaico sobrecargado de colores azules escenifica el momento en que el
Niño Jesús creó una fuente de agua para lavar y dar de beber a su familia, en
Heliópolis, al noreste de El Cairo.
La Iglesia Colgante
La Iglesia Colgante, también llamada Iglesia de Santa María, debe su nombre a que fue construida sobre la puerta sur de la antigua fortaleza romana de Babilonia. En su interior podrás ver 13 pilares que representan a Jesús Cristo y sus 12 apóstoles, siendo el pilar gris el dudoso Tomás y el negro Judas. Pero estas columnas apiñadas tienen su lógica.
En realidad, esta falta de espacio tiene lógica, aunque podamos tardar en comprenderla. Por ejemplo si contásemos las columnas en esta iglesia, veríamos que son doce, una por cada uno de los apóstoles de Jesús, y que once de ellas son de mármol blanco mientras que la columna que representa a Judas se talló en granito rojo. En una de las columnas blancas (situada en el extremo derecho del templo) aparece grabada una pequeña cruz, y bajo la cruz se descubren unas gotas de sangre seca. Cuenta la leyenda que la columna lloró sangre el día previo a la derrota de los egipcios en la Guerra de los Seis Días.
La
iglesia de San Sergio y San Baco
Esta es la iglesia más antigua en el
Barrio Copto, construida en el siglo XI pero sus pilares centrales datan del
siglo IV. Además, cuenta la leyenda que esta iglesia fue construida sobre la
cueva donde la Sagrada Familia se escondió después de su huida hasta Egipto.
Esta cueva hoy en día es una cripta que se puede visitar bajando unas escaleras
dentro de la iglesia. La iglesia fue construída en el s. IV, se
incendió hacia el 750 y fue restaurada después, y ha constituído en algunos
momentos de su historia la sede del patriarcado copto que tradicionalmente se
ha alojado en Alejandría, y cuando así ha ocurrido, siempre en competencia con
la iglesia de Santa María, conocida como Iglesia Colgante (Al Muallaqa),
el templo cristiano más antiguo de la ciudad.
Hoy es la Iglesia de San Sergio y San
Baco, en homenaje a dos legionarios romanos que fueron martirizados en el siglo
III por abrazar la fe cristiana. El interior del templo resulta en una
réplica del resto del barrio copto. Las columnas aparecen muy juntas, los bancos
para la oración casi se suben unos encima de los otros, y los visitantes
también tienen que andarse con cuidado para no llevarse un pisotón
desafortunado.
En este
Barrio Copto se respiran aromas de sudor e incienso. Incluso parece que hay
espacio para una tienda, minúscula y con decenas de souvenirs apelotonados,
porque en el barrio copto de El Cairo cada espacio libre es rápidamente ocupado
por el más sagaz de sus habitantes. Sopla suave en una de sus callejas una
brizna fresca de viento y siempre habrá alguien que la escuche y logre
rastrearla, con la nariz pegada a las paredes, zigzagueando entre las esquinas.
Encontrará ese espacio vacío y, sin molestarse en preguntar, querrá sentarse a
descansar unos minutos, o colocar un bonito puesto desde el cual atraer a los
turistas. Así desaparecerá ese espacio.
Otros lugares del viaje de la Sagrada Familia en
Egipto
Varios son los lugares egipcios
vinculados a la misma. El primero, la aldea Deir Abu Hennas,
trescientos kilómetros al sur de El Cairo, y adonde se acercan los cristianos
egipcios dos veces al año en peregrinación: la primera el 28 de enero para
conmemorar la llegada de la Sagrada Familia a una pequeña
colina llamada Kom Mariam, la montaña de María, en la que habrían descansado en
su camino hacia Tell Amarna, y la segunda en junio para honrar a la Virgen
María.
Parada obligada en el
camino es el Gabal al-Teir o Monte del Pájaro, en
el que se levanta la iglesia de La Señora de la Palma, construída
en el s. IV sobre una cueva que, según la tradición, habría servido de refugio
a la Familia.
-La Sinagoga
Ben Ezra
Construida en el siglo IX utilizando la estructura de una iglesia del siglo IV.
La tradición dice que aquí fue donde el profeta Jeremías reunió a los judíos en
el siglo VI después de que Nebuchadnezzar (Nabucodonosor) destruyó el Templo de
Jerusalén.
Museo Copto
Fue fundado en 1908 por Marcus
Simakai Pasha e inaugurado dos años después. En 1931 pasó a depender del
Ministerio de Cultura y, en 1947, recibió colecciones coptas expuestas en el Museo Egipcio y el Museo de Arte
Islámico.
La
galería alberga un total de 1.200 objetos, que han sido agrupados en 12
secciones y ordenados cronológicamente. La exposición contiene sarcófagos del
periodo precopto (siglos IV-V), santos, figuras orantes, frisos decorativos,
capiteles, nichos, símbolos cristianos, iconos…aunque la pieza más destacada es
el manuscrito
de Nag Hammadi en copto, considerado el libro de salmos
más antiguo del mundo.
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