jueves, 16 de mayo de 2024

- Funchal, capital de Madeira

Funchal es la ciudad más importante del Portugal insular. Su fundación data del año 1508. En ese siglo llega a convertirse en un importante puerto donde los buques de la ruta trasatlántica obtenían provisiones de azúcar y vino, principalmente.

  Funchal es la capital de Madeira. Situada en la costa sur de la isla, esta ciudad de aproximadamente 110.000 habitantes es una pintoresca y atractiva villa para el visitante que viaja hasta la afamada isla portuguesa. Los orígenes de Funchal nos llevan a 1421, cuando fue fundada por el navegante Joao Gonçalves Zarco, descubridor de Madeira.

  Seis siglos después nos encontramos con una ciudad animada y relajada al mismo tiempo, parada de muchos cruceros atlánticos, cuna de Cristiano Ronaldo y que guarda el encanto que ha acumulado a lo largo de su historia.

  Y es que Funchal tiene buena parte de la esencia de Madeira. Puerto que mira al Océano Atlántico y a la vez abraza a la montaña sobre cuyas faldas la urbe empieza a trepar. Una ciudad azul y verde, anclada en la naturaleza que caracteriza a la isla.

Aeropuerto de Fuchal-Madeira

El Aeropuerto de Madeira, uno de los catalogados imposibles….  El aeropuerto de Madeira (Portugal) está considerado como uno de los “más peligrosos” del mundo. Las imágenes que vemos de aviones aterrizando allí tampoco ayudan demasiado a aquellos que tienen miedo a volar. Pero, ¿es realmente un aeropuerto peligroso?.

Ubicado en el Océano Atlántico, a poco más de 500km de Canarias, el archipiélago de Madeira es un conjunto de islas volcánicas perteneciente a Portugal. Consta de dos islas habitadas, Madeira y Porto Santo, y tres islas menores no habitadas, llamadas Islas Desertas.

En la mayor de esas islas, Madeira, que toma el nombre del archipiélago, tenemos el anteriormente conocido como “Aeropuerto de Funchal”, actualmente Aeropuerto Internacional Cristiano Ronaldo, y con código OACI: LPMA). Madeira cuenta con una única pista: la 05/23.

El problema de Madeira es que, debido a la orografía y los vientos, para aterrizar en la pista 05 hay que realizar primero un giro muy pronunciado a la derecha de 206° y alinearse muy de golpe con una altitud de decisión muy baja. De hecho, la aproximación no se puede estabilizar hasta los 460 pies (unos 140 metros).

Otro problema es que la construcción de las “restraint bars” a ambos lados de la pista causa torbellinos de turbulencia.

Afortunadamente, en la actualidad, los pilotos cuentan no sólo con los VOR, sino también con una RNP, un sistema de navegación instrumental evolución del RNAV que permite a los aviones operar en cualquier rumbo deseado dentro de la cobertura de las radioayudas, dentro de los límites de un sistema capaz de autocontenerse, o combinando ambas.

En el pasado, Madeira tenía otro grave problema: la longitud de su pista. Era extremadamente corta. Sin embargo, varias remodelaciones realizadas en los últimos años han ampliado considerablemente la pista que ahora tiene 2.780 metros de largo, suficiente hasta para un A380.

No ha vuelto a ocurrir ningún accidente grave desde que se amplió y modernizó la pista, no ha vuelto a ocurrir ningún accidente grave, y si bien es cierto que las aproximaciones suelen ser “movidas” por las turbulencias y por el poco margen que hay para estabilizarlas, debemos concluir que se trata de un aeropuerto complicado, pero no peligroso.

EL PUERTO DE FUNCHAL

Históricamente el puerto de Funchal es un elemento icónico de la isla ya que no solo fue el primer puerto fundado en el archipiélago sino que además durante años fue el único que recibía cruceros de muchas partes del mundo.

Durante muchas décadas, desde la construcción del puerto de Funchal en el siglo XIX y hasta la Segunda Guerra Mundial, Funchal fue un punto de parada muy conveniente para los buques de vapor que hacían travesías transatlánticas entre los continentes europeo, africano y americano.

Actualmente, este puerto ofrece una terminal de pasajeros con excelentes condiciones para recibir, con comodidad, seguridad y calidad, a los cientos de miles de viajeros que, cada año, visitan la región en barcos de crucero.

Por su ubicación, tiene un acceso privilegiado al centro de la ciudad: al estar a solo dos minutos en coche de las principales atracciones, permite a los viajeros explorar, en poco tiempo, la capital del archipiélago. Además, la imagen que se presenta ante nosotros al acercarnos a Funchal, a bordo de un gran barco, es incomparable.

Es debido a esto que Funchal ha crecido muchísimo en proporción a otros pueblos de la isla. En el puerto de Funchal encontrarás empresas dispuestas a ofrecerte paseos inigualables por la isla. Es también un buen lugar dónde salir a comer por los diferentes restaurantes portuarios y conocer la magnífica gastronomía de Madeira a unos precios que de bien seguro te sorprenderán.

  La zona velha de Funchal es ese viaje al pasado lleno de armonía donde las calles empedradas nos conducen a hermosas casas, iglesias, mercados y a pequeños rincones de un ambiente hecho para los artistas.

                                            El Fuerte de Santiago en Funchal

  Pasear por la rua Santa María nos servirá para entender el aire pintoresco de la capital insular. No muy lejos se encuentra el Fuerte de Santiago, viejo protector de la ciudad siglos atrás.

+Pero el viaje al pasado nos lleva hasta la catedral, uno de los pocos edificios de la época colonial que ha llegado a nuestros días. Levantada en 1512, es el legado de aquella ciudad que empezaba a ser pujante gracias al comercio marítimo.

La Catedral de Funchal, Madeira

Fue construida por orden del Rey D. Manuel I para sustituir a la Iglesia de Nossa Senhora do Calhau, la primera parroquia de la isla, por haberse quedado esta pequeña para albergar tantos fieles. La nueva Iglesia de Santa María o «Igreja Grande», como se la conocía entonces, fue dedicada a Nossa Senhora da Assunção y pasó a ocupar una zona del centro histórico.

La Catedral fue la obra más destacada del período manuelino construida en la Isla de Madeira y se debe al talento del arquitecto Pêro Anes, maestro de las obras reales. Prácticamente inalterada desde tiempos de su fundación, posee una fachada simple, con un portal gótico de finas arquivoltas.

El interior del edificio ostenta una estructura de estilo gótico mendicante y planta en cruz latina. Destaca el notable techo de alfarje -uno de los más bellos de Portugal, hecho en madera de cedro de la isla y trabajado al gusto mudéjar, con dorados e incrustaciones en marfil- así como los retablos del siglo XVI y los azulejos del siglo XVIII. La sillería de la capilla mayor exhibe santos, profetas y apóstoles en trajes del siglo XVI, entre detalles que celebran la vida en la Isla de Madeira, como querubines cargando con bananas y odres de vino.

La Catedral posee un conjunto de tesoros de gran belleza y valor histórico, algunos de ellos expuestos en el Museo de Arte Sacro, como es el caso de la gran cruz procesional en plata dorada ofrecida por el Rey D. Manuel I y considerada una de las obras capitales de la orfebrería portuguesa.

+Y si de iglesias hablamos, es indispensable subir hasta Nossa Senhora do Monte, techo con las mejores vistas sobre la ciudad y lugar donde yacen los restos de Carlos I   de Habsburgo, último emperador del Imperio Austrohúngaro.

                                                     Nossa Senhora do Monte

+ La Capela do Corpo Santo o Capilla del Corpo Santo es una capilla del siglo XV situada al final del antiguo pueblo de Funchal (Rua D. Carlos I 64, 9060-051 Funchal, Portugal).  Está dedicada al patrón de los pescadores, San Pedro Gonçalves Telmo , el "Corpo Santo”.

                                                        Capilla del Corpo Santo

Está decorado con pinturas en el techo, altares de madera tallada dorada y esculturas de estilo manuelino . Tiene una fachada a dos aguas y de la capilla original es la portada gótica. Se realizaron cambios importantes en el siglo XVI cuando se remodeló el altar y se agregaron rendijas en las ventanas. Algunas de las pinturas del altar de la nave datan de este período y se atribuyen al pintor real Fernao Gomes . Las pinturas del altar mayor probablemente proceden de otro taller de pintura y tienen inscritas las fechas de 1615 y 1616 en los ángeles músicos y las escenas de la vida del Santo Patrón.


La capilla era el centro de una importante cofradía , sirviendo como enfermería para los pescadores locales y sus familias, brindando ayuda humanitaria, prestando dinero y ayudando a las viudas de los miembros.

  Funchal no se queda en el azul del mar y el verde de las montañas. Su Jardín Botánico es otra explosión de naturaleza donde conviven más de 2000 especies que van, desde cactus o palmeras, hasta dragos. Se sitúa también en plena ladera de la montaña, regalando una perspectiva única. Podrás subir hasta allí en el teleférico que parte desde la mismísima playa y vuela por encima de la ciudad durante 3,2 kilómetros superando un desnivel de 580 metros.

  Volviendo a la rua de Santa María, el cercano mercado dos Lavradores nos da otra dosis de color (y aromas) que van, desde los tradicionales azulejos portugueses, hasta las tonalidades de las flores y los productos puestos a la venta.

Te habrás dado cuenta y te llamará la atención la disposición de Funchal en la orografía de Madeira. A un lado, el mar. Al otro, la montaña. En escasos 0-15 kms desde el centro de Funchal, podemos alcanzar alturas como la del Mirador del Paredao o el Pico do Arieiro, éste último a 1.818 metros de altitud.

  Pero Funchal también nos ofrece mucho mar. Puerto de grandes cruceros y turismo náutico, a ambos lados de la ciudad encontraremos una sucesión de playas, como Barreirinha, Sao Tiago, Gorgulho, Formosa o las piscinas naturales de Doca do Cavacas.

  Funchal es el primer lugar que pisas cuando llegas a Madeira y, también, el último antes de tomar el vuelo de partida del archipiélago. Entre medias, algunos viajeros optan por alojarse y vivir su escapada en el interior de la isla, entre las montañas; sin embargo, elegir el campamento base en Funchal es una de las opciones más interesantes.

Y lo podemos justificar. Es cierto que Madeira es una isla que se presta al disfrute de la naturaleza y a los deportes activos pero su particular orografía tiende a aislar los núcleos de población del interior. Para disfrutar de una estancia con toques sibaritas es necesario alojarse en lugares donde, tras caer la tarde, la oferta turística continúe ya sea con propuestas gastronómicas o de diversión en bares y discotecas.

  Además, la atractiva oferta natural madeirense es perfectamente compatible con la urbana que brinda Funchal. Sería una pena perderse un paseo por su casco antiguo, con las creativas puertas pintadas, decenas de coquetos restaurantes, el colorido mercado local, o las tiendas con los preciosos bordados tradicionales. Sin olvidar, actividades como subir en teleférico hasta el Jardín Tropical de Monte Palace o bajar a toda velocidad en los carros de cesto.

Bosque y mar son el ecosistema que cautiva de esta tierra llamada «madeira» (que significa madera) por la abundancia de laurisilva, bosques llenos de estos árboles con hojas parecidas al laurel. 

El hospedaje más especial son las Quintas. Toda una tradición en Portugal. Se trata de casonas aristocráticas de los siglos XVIII y XIX que han sido detalladamente restauradas. 

Los galardones como mejor destino de isla resaltan el atractivo calendario de eventos que se presentan en Madeira a lo largo del año. Entre los más destacados se encuentran el Carnaval, el Festival del Atlántico, la Fiesta del Vino, el Festival de la Naturaleza y una magnífica celebración de las fiestas navideñas y de Año Nuevo. 

El vino de la región es reconocido como uno de los mejores, incluso hay referencias de él en la obra de William Shakespeare. Otra bebida común es la poncha, el trago más popular durante las reuniones nocturnas. Aguardiente de caña con miel, jugo de limón y naranja. 

Para comer destacan la espetada, brochetas de carne asada con laurel y maíz. Se puede acompañar de bolo do caco, especialidad de pan de trigo con mantequilla, ajo y perejil. Los amantes de los mariscos pueden elegir el sofisticado pez espada con plátano frito.  

Carreiros do Monte

Una de las experiencias más inusuales y únicas de Madeira (y también muy turísticas). Una vez subas a la zona de Monte (colina que queda por encima de la ciudad) verás un montón de hombres vestidos de blanco y con zapatos gruesos. Son los "carreiros". Estos se dedican a bajar a los turistas en unas cestas de mimbre a toda velocidad por las calles empinadas (máximo 3 por trineo).

La adrenalina sube al ir al encuentro de los carreiros. Una tradición de hace unos doscientos años que consiste en bajar por las pronunciadas calles a bordo de amplios cestones de mimbre. El teleférico es otra experiencia de altura. 

El paseo en trineo de Funchal es una de las experiencias más singulares de Madeira. Es muy inusual. Uno va sentado en una cesta y es transportado por las empinadas calles hasta el centro de Funchal.

¿Cómo se frena? Se preguntará... Pues 2 hombres en trajes tradicionales utilizarán sus pies para equilibrar, dirigir y frenar el paseo.
¡Es emocionante y único!

Zona: comienza en la zona de Monte, cerca de la iglesia, y termina en el centro histórico

Horario: el descenso dura 10 minutos.

Iglesia de Sao Pedro

Construida a finales del siglo XVI, la iglesia manierista actual tiene una sola nave y 3 capillas laterales.
En el exterior, observe la aguja en lo alto del campanario.

En el interior, le impresionarán el techo de madera pintada y los azulejos de cerámica del siglo XVII que cubren las paredes de suelo a techo.

Cristiano Ronaldo nació en Fuchal

La infancia en Funchal

También conocido como El Bicho, el futbolista luso vivió en la isla hasta la edad de los 12 años cuando partió hacia la capital de su país para formar parte del Sporting de Lisboa. ¡

Es en São Pedro, uno de los barrios más desfavorecidos de Funchal, donde transcurre la niñez de Cristiano. Allí nació lo que Luca Caioli llama en su libro biográfico sobre la estrella del balompié, una ambición sin límites.

Vida familiar

Cada temporada de lluvia caen goteras de los techos de la casa. Los hermanos viven juntos en una habitación. La madre es cocinera y el padre se dedica a la jardinería.

Cada vez que acompaña a su padre al campo de juego, Cristiano Ronaldo acaricia el sueño de convertirse en futbolista.

Muchos años después Cristiano Ronaldo llorará, en una entrevista en vivo, echando de menos a su padre, muerto en 2005 a consecuencia del alcoholismo.

A la par del futbol estaba el ping pong. La segunda pasión de Cristiano para la cual tenía también amplias cualidades. En su adolescencia un mal cardíaco estuvo a punto de impedirle una carrera futbolística. La actual exigencia para los atletas de alto rendimiento es sumamente alta, distinto a lo que sucedía décadas atrás en el futbol.

La máxima exigencia que desde aquellos años juveniles se impuso en los entrenamientos pudo desencadenar el problema en el corazón. Los médicos llamaron a su madre para que autorizara una intervención quirúrgica. De no someterlo, toda actividad física le estaría limitada. Maria Dolores dos Santos autorizó la operación y el resto es historia. El primer apellido de Cristiano es el de su madre, en Portugal el apellido de la madre va adelante. 

El ídolo de Madeira

Hoy en día la figura de Cristiano Ronaldo es un imán del turismo internacional para la isla portuguesa. Todo indica que al estilo de Diego Armando Maradona, la fama del delantero va rumbo a convertirse en la nueva religión local.

En el 2014 se inauguró el Museu CR7. Allí se exhiben la gran mayoría de los trofeos del futbolista. Lo mismo los balones y botas de oro que una estatua de cera.

Con 36 años de edad, Cristiano Ronaldo es la personalidad mediática más popular e inspiradora de su generación. 

A los 12 años se propuso llegar a ser como su ídolo del momento, Figo. En el 2014 jugaron juntos la Euro. No tiene tatuajes porque es donador recurrente de sangre y también de médula ósea. 

Su paso por el Manchester United (2003-2009), Real Madrid (2009-2018) y Juventus está lleno de récords. Sus compañeros de equipo han retratado su instinto férreo de superación. Su competición consigo mismo por ser el mejor lo lleva a criticarse e incluso insultarse cuando falla.

Para Cristiano Ronaldo la vida es un estadio de futbol. En él, CR7 es amo y señor de su propia isla.

  El Aeropuerto Internacional de Madeira ya fue bautizado con su nombre. También en alianza con la principal cadena hotelera los visitantes pueden hospedarse en el Pestana CR7 Funchal.

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